27 de marzo de 2012

Llegaron noches interminables con un deseo junto a una ilusión, terminé desterrada de su vida y la bajada muy pronto llego. Siempre recuerdo, lo que no recordó. Esa sonrisa su salvación, su ancho de espadas y mi perdición. Sus manos poseían a mis huesos en un cuerpo al asador, sus ojos cielo ayudaron para que no ensuciará el corazón.