19 de enero de 2012

Y cuando venís, en el atardecer, vos me despertás y todo se aclara cuando miró tus ojos. Y cuando te vas, dejás algo en mí, un perfume fatal, una fragancia mortal. Nadie pertenece a nadie, todo lo que vemos es irreal. Como agua entre los dedos, se nos escurre la vida, pero sé lo que siento, quiero que estes conmigo ahora, no puedo ser tu dueña, solo quiero tenerte cerca. Somos libres como el viento y sería peligroso atraparte. Sonreís como el sol, me das el calor, crecés como una flor. Tu perfume fatal, despedida de arroz, quiero verte brillar en el anochecer. Y cuando regresa el día y te escapás de mi cama, esta vez fue sin despedida, como agua entre mis manos. Por favor no te vallas, todavía no aprendo a soltarte, sé que no puedo ser tu dueña, pero quiero tenerte. Somos libres como el viento y sería peligroso atraparte para siempre.