8 de noviembre de 2011

Cierra los ojos, quiero contarte una historia: Esto trata de dos chicos, quizá un poco jóvenes para el amor. Típico, ¿verdad? Imaginátelos. Él tenía una melena rubia que hacia despertar envidias. Sus ojos eran marrones y pequeños, y tenía una sonrisa capaz de enamorar a cualquier chica. Ella era pelirroja, sus ojos también eran marrones y su sonrisa no era nada del otro mundo. Se conocieron cuando menos se lo esperaban, y como quizá ya te has imaginado, se enamoraron. Pero un día la vida los separó y aunque se querían, tuvieron que afrontar que no podían estar juntos y empezaron a vivir cada uno su propia vida. Ella le sigue amando, no ha dejado de pensar en él ni un solo minuto. Su vida gira entorno a él. Cada noche llora su ausencia, y a pesar del tiempo que lleva sin él, ella le sigue esperando. Él la ha olvidado. Pero, ¿quien ha dicho que no pueda volver a enamorarse de ella? Nunca es demasiado tarde para volver a empezar, nunca es tarde para el amor...